viernes, 22 de mayo de 2020

El poder ayer, hoy y siempre



“Nadie puede ser libre ni feliz, si no puede ejercer el control del poder político”.
Hannah Arendt




Escuchas telefónicas (imagen ilustrativa)

 
I
Estamos en el Perú, a mediados de año 2018 y agentes especializados de la Policía Nacional, utilizando tecnología de punta, lograron “pinchar” un par de teléfonos móviles, y “escuchar”, requeridos por un fiscal y autorizados por un juez, las conversaciones nada profesionales de un magistrado de la Corte Suprema.

En uno de sus diálogos, puso de relieve la forma cómo resolvía un expediente en el caso del violador de una menor. Le decía, muy seguro y arrogante, a su interlocutor: “¿Qué es lo que quieren? Que le baje la pena o que lo declare inocente”.

Estamos seguros que la violación de la libertad sexual de una menor de edad es un crimen aborrecible, altamente reprochable, y merece de las máximas penas, inclusive la cadena perpetua o la muerte, pero para el magistrado en cuestión, con el sentido ético anestesiado o anulado, el violador referido en la conversación podía, en nombre de no sé sabe qué arreglos y transacciones, ser liberado de todos o la mayoría de los cargos que se le imputaban.

II
Un trabajador del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), aseguró que las calificaciones de un importante funcionario del Ministerio Público, en el proceso de evaluación de esta entidad, sí fueron alteradas para favorecer su ratificación. Y es que, el CNM siempre tuvo, y todavía en noviembre del 2018, tenía la misión de ratificar o no, a todos los magistrados del Poder Judicial y del Ministerio Público, jueces y fiscales de toda la República.

El testigo en cuestión, que se desempeñaba como trabajador de la Dirección de Evaluación y Ratificación del CNM, declaró ante la Fiscalía Especializada en Crimen Organizado del Callao, que las calificaciones de dicho magistrado habrían sufrido alteraciones en pleno proceso de ratificación. El puntaje de dicho funcionario subió de 69.22 a 79.72, es decir, según los estándares del CNM, escaló indebidamente de la categoría de insuficiente a bueno.


Distintas formas de robar (imagen: Actúa.pe)

III
El pasado 7 de mayo, el portal Salud Con Lupa, reportó que, durante esta inusual emergencia sanitaria, algunas farmacias propiedad de una misma empresa, de un mismo grupo y vinculadas a un mismo personaje, pero con distintos logos (Una era Mifarma y la otra Inkafarma) subieron escandalosamente el precio de un medicamento para el asma. Solo se podía reportar el hecho, pero nadie podía sancionarlo, ni el presidente de la República, que hace pocos días decidió postergar la vigencia de Ley contra la concentración empresarial o Ley antimonopolio, hasta el 20 de agosto del 2021, porque los gerentes de esas empresas o el mismísimo propietario o los medios de prensa que aplauden esas prácticas, hubieran apelado a la libertad de empresa o libertad para hacer negocios, para justificar este atropello.

Tan solo el año pasado cuando dos grupos empresariales, propietarios de cadenas de farmacias competidoras, “pactaron precios” y perjudicaron a los consumidores, fueron multados por incurrir en concertación de precios, con 9 millones de soles. Sí pues, que ha ocurrido para que ahora con un aparente “pacto de precios” entre dos empresas aparentemente “competidoras” no califique siquiera para una sanción moral. Porque resulta que ahora, casi todas las farmacias pertenecen a un mismo grupo empresarial. Asunto arreglado.

IV
Lo mismo ocurrió cuando cierta bebida gaseosa no podía competir con una similar, solo que nacional y de una firma más pequeña, en precios y en consumidores. La empresa nacional se las arreglaba muy bien para ganarle en todos los terrenos. Se deshizo el entuerto cuando la compañía extranjera compró en la bolsa de valores todas las acciones de la pequeña compañía nacional. Igual pasó con las empresas fabricantes de cerveza nacionales, que fueron absorbidas por una empresa extranjera de carácter transnacional.

Hoy día, casi todas las bebidas gaseosas y casi todas las cervezas son producidas por una misma empresa, en cada caso. Las ganancias son fabulosas pues no hay competidores. Eso es Monopolio. Eso es poder. A pesar de que nuestra Ley fundamental señala: “Ninguna ley ni concertación pueden autorizar ni establecer monopolios”.

El muro de los Reformadores, Ginebra, Suiza.


V
Cuando Juan Calvino peroraba en las plazas de Ginebra, alentaba un estricto estilo de vida cristiano. Inclusive, propugnaba que la ciudad fuera gobernada por líderes religiosos. Ginebra se transformó radicalmente durante el ministerio de Calvino, su hijo predilecto, y no había robos, ni drogadictos, ni borrachos, ni prostitutas, etc. Su punto de vista de la fe cristiana fue inflexible, pero popular, e impuso la austeridad moral a sus conciudadanos: las tabernas fueron sustituidas por los llamados "lugares evangélicos de refresco" - donde se podía beber alcohol, siempre y cuando fuera acompañado de lecturas de la Biblia.

También autorizó la usura, el préstamo de dinero con intereses exagerados, elevando la condición de esta práctica, que por ser abominable para la Iglesia Católica fue rechazada por los ociosos hidalgos castellanos que preferían morir en la pobreza. Calvino, entonces, fue el encargado de imprimirle una de sus mejores virtudes al naciente capitalismo: hacer las cosas siempre buscando el mayor beneficio económico, el mayor lucro posible, aun sacrificando a los demás.

Por todas estas cosas, Ginebra se convirtió en una de las capitales de la Reforma Religiosa del siglo XVI, y también en una de las capitales de sistema bancario europeo. Y Calvino solamente sustituyó a Lutero como cabeza visible del protestantismo cuando éste murió.

Idi Amina Dada, ex dictador de Uganda.


VI
Pergiorgio M. Sandri, de La Vanguardia, en su artículo “En la mente de un dictador” nos dice: “Idi Amin, el feroz dictador de Uganda, se hizo nombrar “señor de todas las bestias de la tierra, de los peces del mar y rey de Escocia”; Jean Bedel Bokassa se hizo coronar como Napoleón Bonaparte en la república Centroafricana; Mobutu, en Zaire, prohibió a todos los ciudadanos llevar un sombrero de leopardo; Nyýazow, presidente de Turkmenistán vetó el maquillaje, los dientes de oro, el ballet, y sustituyó la palabra pan por el nombre de su madre, además de ordenar la construcción de un palacio de hielo en el desierto.”
El suscrito tiene el deber de agregar que a Idi Amin Dada se le adjudicaban actos de canibalismo, pues se comía a sus adversarios derrotados; que Bokassa quiso ser coronado como si fuera el Napoleón africano, y hasta fue apadrinado por el presidente francés de la época, Valey Giscard D´Estaing, a cambio de unos diamantes; que Mobutu Sese Seko fue un consumado traidor, pues entregó a Patrice Lumumba a las potencias colonialistas que sometían al Congo, para que se deshicieran de él y de sus sueños de independencia.
Estos cuatro personajes, elegidos entre muchos por el autor de la nota de La Vanguardia, fueron dictadores que se portaron como verdaderos tiranos con sus connacionales. ¡Había que verlos!!!

Sir Francis Bacon y René Descartes

VII
Sir Francis Bacon y su Empirismo y René Descartes y su Racionalismo,  proporcionaron la receta, el fundamento para cuestionar y traerse abajo con fundamentos sólidos, el gobierno de los reyes despóticos, contrariando al buen señor Claude de Seyssel, que manifestaba que los monarcas, y en general, todos los gobernantes, podían ser moderados por su religión y por sus obligaciones morales, inclusive podían contar con grupos de consejeros y el auxilio de leyes preexistentes, para hacer mejor las cosas; pero, estoy seguro, que hacían lo que querían con sus súbditos.
Cuando se divulgaron estas ideas, que señalan que la razón y los sentidos conducen a mayores conocimientos y certezas que la fe, reyes y reyezuelos, así como la iglesia, que es otra monarquía, comenzaron a perder terreno. Bacon y Descartes solo fueron la punta de lanza de ese gran movimiento de hombres preocupados por cambiar el injusto sistema desde adentro: la Ilustración.
Epílogo
Hemos conducido este monólogo cuestionando el proceder de personas que tenían una obligación moral, como esos magistrados, que torcieron la justicia malogrando una sentencia y favoreciendo a un indeseable, o que, aprovechándose de un cambio de puntaje siguieron atornillados a un cargo, con poder, para proteger a otros con más poder. Certificar que malos empresarios siempre lucran imponiendo la fuerza del dinero y que, teniendo eso como único mérito, se imponen a la ley y al gobierno y fundan empresas farmacéuticas que rápidamente se hacen monopólicas, con el único objetivo de poner sus precios y lucrar con la salud del pueblo.
Finalmente, ese es el objetivo de tener poder o de controlar el poder.

jueves, 14 de mayo de 2020

Visiones de un mundo nuevo


La felicidad es solo la suspensión momentánea del desasosiego”
Raúl Porras Barrenechea




La danza macabra, de Guy Marchant, París 1485



I.

La mayoría de la población (¿?) está soportando el paro casi total de las actividades económicas, porque gobernantes medianamente razonables decidieron dotar al pueblo de bonos de supervivencia para enfrentar la crisis, y eso que creemos consolarnos pensando en que llegará ese auxilio económico, tarde o temprano, a todos los que lo necesiten. En el otro extremo, la clase empresarial, los poderes fácticos de los que tanto se habla, cuestionó, sin autoridad moral para hacerlo, que se administren protocolos de seguridad sanitaria para los trabajadores peruanos, porque según los peruanos de la CONFIEP, no estamos en ningún país europeo y, por tanto, nuestros trabajadores son de segunda o tal vez de tercera categoría, aunque todo esté mejorando para ellos, porque los suspendidos laboralmente por el gobierno, seguirán engrosando utilísimos ejércitos de reserva, hasta el infinito.

Noticias sobre la muerte de demasiados héroes anónimos nos atenazan y estremecen porque sabemos que esos personajes, vestidos de policía, de médico o de bombero, han dado la vida por todos los demás. Ellos hicieron realidad el imperativo categórico kantiano, ese de "obrar de tal modo que puedas querer que tus actos puedan ser ley para todos", esclareciéndonos que la solidaridad debe ser otro imperativo, por cuanto es un mandato que no se puede dejar de obedecer, un mandato que muy pocos obedecen, si queremos que el mundo sea un mejor lugar para vivir. En esta época ha sido la solidaridad, por encima de todos los demás factores, lo que nos ha mantenido vivos y algo lúcidos.

El sistema sanitario público en muchos lugares del mundo, en países ricos, no tan ricos y el nuestro, ha colapsado porque fue intervenido, desarmado y puesto en condiciones de casi inutilidad, por gobiernos de un determinado signo ideológico durante casi 40 años, y que, en las condiciones en las que se encontraban hospitales, clínicas y postas– sin ventiladores, ni mascarillas, ni equipos de rayos x, ni personal médico ni paramédicos suficientes, etc.- no pudieron siquiera paliar los efectos inmediatos de esta nueva pandemia. ¿Por qué ocurren éstas cosas? O, yendo al otro extremo, ¿por qué el 73% de la población de una comunidad de peruanos originarios asentados en Lima, se ha infectado de coronavirus?

¿Tendremos oportunidad para reflexionar sobre lo que nos depara el porvenir? cuando todavía estamos lerdos y atontados por el prolongado aislamiento social, cumpliendo ineludibles medidas de confinamiento que sí han violado nuestros derechos básicos, y para hacerlas democráticas, aceptamos perder el derecho de movilizarnos para conservar el derecho de estar vivos y saludables. Algo parecido a lo que aceptaron los estadounidenses, espoleados por el miedo, cambiando muchísimas libertades por el derecho a estar seguros, después del terrible atentado a las Torres Gemelas.


La peste en Marsella, por Heinrich Erndel
                              

II.

John Davis, de CounterPunch, en su último artículo sobre Ecología Social, del cual hemos tomado parte del título, observa que, una visión del futuro que nos espera, y nos traería alivio, en la que “el potencial de las “transformaciones en cascada” que podrían posibilitar una mayor igualdad, más oportunidades y un mayor bienestar para la mayoría de personas en un mundo que renuncie a los combustibles fósiles, modere los impactos del calentamiento global y abandone su feroz destrucción de hábitats y su concomitante exposición a nuevas enfermedades zoonóticas” no será ni siquiera una posibilidad.

Las pausas que ha tenido la producción industrial desenfrenada, la deforestación y la emisión de gases de parques automotores de megaciudades y conurbanos apocalípticos, entre otras, y que hicieron posible la efímera aparición de delfines en las playas de La Herradura o que las aguas de los canales de la romántica ciudad de Venecia, generalmente pútridas y miasmáticas, se mostraran cristalinas y llenas de vida. Y cuando parecía que podíamos respirar aire más limpio y hasta aspirar a que esa parte sana del Estado implemente muchas más ciclovías, porque las bicicletas iban a reemplazar a los automóviles…en fin, eran solo ilusiones, eran pausas de felicidad dentro de océanos de desasosiego, parafraseando al gran Porras Barrenechea, porque lo que parece que se va a imponer de manera definitiva es volver a la antigua normalidad, ya que la normalidad que esperamos es solamente un espejismo en el desierto de soñadores ecologistas que creen que los lobos pueden ser vegetarianos.

Es decir, ¿se volverá al viejo statu quo? ¿A aquello que existía antes de? Eso es lo más posible, las minorías que controlan las finanzas y las islas de crecimiento y modernidad, van a seguir prosperando y exigiendo que los demás se sacrifiquen por ellos, como los pobres griegos que fueron inmolados en el año 2015 en el altar del europeísmo, porque habían vivido por encima de sus posibilidades.

Atendiendo a un infectado por el letal virus del ébola africano

III. (y final)

John Davis, vuelve a las andadas, y nos explica: “Jason Moore, en su libro Capitalism in the Web of Life (2015), escribe que “las civilizaciones no se crean mediante acontecimientos tipo Big Bang, sino que emergen a partir de una serie de transformaciones y bifurcaciones en cascada de la actividad humana…”. Sugiere también que el capitalismo “…emergió del caos producido por la crisis histórica de la civilización feudal originada por la “peste negra” (1347-1353)”. ¿Qué mundo emergerá tras la pandemia del Covid-19?” Es la pregunta que se hacen Davis, Zizek, Byung Chul Han, el suscrito y muchos otros.

¿Recuerdan la Peste Negra? “La peste negra, peste bubónica o muerte negra (Black Death), causada por la bacteria Yersinia pestis, ha sido una de las pandemias más devastadoras en la historia de la humanidad. Afectó a Europa en el siglo XIV y alcanzó su punto máximo entre 1347 y 1353, matando a más de un tercio de la población europea.” (tomado de Wikipedia).

En alguna prensa extranjera encontramos la siguiente coincidente información al respecto: “En medio de tensiones sociales, crisis y guerras, apareció en 1347 la más letal epidemia que conocería el Medievo, la peste negra, que dejaría un rastro inaudito de muerte y miseria. “Con tanto espanto había entrado esta tribulación en el pecho de los hombres y de las mujeres, que un hermano abandonaba al otro y el tío al sobrino y la hermana al hermano, y muchas veces la mujer a su marido, y lo que mayor cosa es y casi increíble, los padres y las madres evitaban visitar y atender a los hijos como si no fuesen suyos”, describe Boccaccio en el Decamerón. Para el anónimo autor de Viajes de Juan de Mandeville, un clásico de la literatura también escrito en aquel siglo, “parecía como si hubiese habido una batalla entre dos reyes, y el más poderoso y con mayor ejército hubiera sido derrotado y la mayoría de sus gentes asesinadas”. En torno a 48 millones de personas habrían muerto directa o indirectamente, ya fuera por contagio, por abandono –en el caso de ancianos y niños– o por falta de recursos básicos.”

Esta fue la causa más probable de desintegración del mundo feudal, que propició la aparición de reyes que emergieron entre señores desgastados por infinitas guerras y fueron afectados, finalmente, por la pérdida de todo tipo de lazos con sus siervos, hasta que estos los abandonaron y corrieron a las ciudades a solicitar la protección de soberanos más fuertes. Eso más o menos ocurrió cuando la sociedad eclosionó y el mundo quedó destruído por la plaga apocalíptica.

¿Tendremos oportunidad para reflexionar sobre lo que nos depara el porvenir? O se acabará el mundo tal y como lo conocemos y emergerá un nuevo orden más humano y más amable con la naturaleza o…..